Fuente: Nueva Mirada
Desde la Asociación de Periodistas de Corrientes (APC) denunciaron que el diario El Litoral avanza sobre las condiciones laborales y salariales de sus trabajadores.
Parte de la planta laboral de ese medio fueron notificados en las últimas horas por Editora Juan Romero sobre una reducción de los días laborables. “La misma es aplicable a la tarea que se realiza sólo los tres días que el matutino sale en formato papel”, explicaron desde la APC.
“Lo que llevará implícito una reducción sustancial del ya magro sueldo que abona la empresa”, advirtieron desde la Asociación.
Con la jornada laboral normal de 5 días por semana, los sueldos promedian los $170.000, que no llegan a un Sueldo Mínimo Vital y Móvil (SMVyM), que hoy está en poco más de 268.000 pesos. Dicho salario, ni siquiera, cubre la mitad de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
En julio, la CBA marcó que una familia integrada por dos menores y dos mayores necesitó más $405.000 para no ser indigente.
Asimismo, se necesitan más de cinco sueldos promedios que paga El Litoral para cubrir la Canasta Básica Total, que determina el umbral de la pobreza. En julio, una familia de cuatro integrantes necesitó más de 900.000 pesos para no ser considerada pobre en Argentina.
Desde APC, indicaron que “frente al pedido de recomposición salarial solicitada, la empresa contestó con cartas documentos notificando la reducción de los días laborables, para dejar al trabajador con salarios de pobreza que se ubican por debajo de la línea de la indigencia”.
“Sumado a la inestabilidad laboral, llevan a que se vivan momentos de zozobra para cada uno de los trabajadores y sus familias de este medio, decano de la prensa correntina”, concluyeron.
Esta situación se suma a la vivida por el otro diario de mayor tradición en Corrientes. Trabajadores del Época mantuvieron tres días de paro reclamando una recomposición salarial que les permita recuperar parte de lo perdido por la inflación en el primer semestre del año.
Trabajadores y trabajadoras del diario El Libertador, propiedad de Rodolfo Martínez Llano, también se sumaron a los reclamos por mejores sueldos.
