Un delincuente local inició una intensa búsqueda para dar con el paradero de su última víctima y así devolverle el celular que le había arrebatado. Esto tras comprobar que el mismo ya había sido sustraído anteriormente “y no está bueno andar por ahí con cosas robadas”, declaró a este medio.
“La verdad sentí un profundo asco cuando me di cuenta que lo que tenía en mis manos, fruto de mi trabajo, ya le había pertenecido a más de una persona anteriormente, y no de manera legal”, comentó el ladrón.
El celular, robado anoche en una oscura calle céntrica durante su ronda habitual, tiene almacenado en su galería fotos del último propietario, un adulto de 30 años, pelado, pero también de una joven, quizás adolescente, de quien el ladrón desconfía sería la dueña original.
El delincuente no sabe si la persona a la que le sustrajo el aparato lo adquirió en el mercado ilegal o se trata de un colega suyo. De cualquier forma, se manifestó indignado ante las dos posibilidades. “Si lo compró robado, está mal, muy mal. Hay que tener códigos, las cosas se compran y se venden de buena fe”, subrayó. “Y si se dedica a lo mismo que yo, es un principiante, cómo va a andar caminando por el centro a la noche con el celular en la mano, imbécil”, sostuvo.
“Entre colegas tenemos que identificarnos, sino después ¿Cómo hacemos para acreditar los 100 años de perdón?”, explicó e insistió en que “hay que tener códigos”.
La nota periodística terminó abruptamente cuando el entrevistado sustrajo el grabador del periodista y salió corriendo, no sin antes agradecer el interés y la predisposición de la prensa por el tema.
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