El pueblo que busca a Loan

Por Meli Echeverría

Superando todas las historias de terror conocidas, el caso de Loan Peña sigue conmoviendo a todo un pueblo. A 19 días de su desaparición la esperanza de encontrarlo sano y salvo disminuye y la desesperación de un pueblo entero aumenta.

Las investigaciones se reducen a declaraciones que parecen falsas, a pocas pistas reales sobre el paradero de Loan, a detenidos con un pacto de silencio y al gobierno provincial, no solo ausente, si no con un accionar totalmente irresponsable.

Mientras los feudales de Corrientes se disputan declaraciones o niegan audios o publican en X (o esperan “una solución rápida”), un pueblo entero se cuestiona, pone en duda la costumbre de “agachar la cabeza” y sale de sus casas, de sus rutinas para pedir por Loan.

Un pueblo que estaba dormido hace años, acostumbrado a hacer silencio, a “aguantar” y a dejar pasar miles, se está levantando. Un pueblo en pleno dolor y enojado pide respuestas a instituciones que nunca fueron cuestionadas.

Foto: Jere Giordano

Lágrimas dominaron los rostros ayer, en la segunda marcha convocada por la Red por los Derechos de la Niñez, Adolescencias y Juventudes, vimos muchas familias, sin banderas partidarias. Vimos un pueblo que se une en esta búsqueda, en esta exigencia. Pararse en medio de esta multitud, que a gritos desgarrados pide por este niño que hicimos nuestro, son momentos que uno no espera vivir. El vacío en el pecho, la angustia, el nudo en la garganta por el miedo al desenlace de esta historia de terror, hace que el día a día sea complicado. “Fingir demencia” tiene un límite y todo indicaría que el pueblo correntino llegó al suyo.

Hablando con abuelas, madres y tías, vamos comprendiendo una realidad que hace unos 30/40 años atrás era “común”, era hablado con normalidad. Todos conocen a una doña en el barrio que conseguía “una chica” para ayudar en la casa. Y así, niñas de entre 8 a 15 años eran “entregadas” por sus padres (en la desesperación de darles un futuro fuera del campo) a estas señoras que las “ubicaban” en familias de la capital, que le ofrecían acceso a educación, un techo y una comida a cambio de labor doméstico. Una realidad que dudo haya cambiado entre la clase alta, pero que hoy se esconde. Realidades como estas son las que este pueblo empieza a entender y cuestionar. Con un nuevo paradigma, sabiendo sus derechos y conociendo la obligación del Estado para con los ciudadanos, se van moviendo corazones que logran desatar vendas de los ojos.

Personalmente me cuestiono y no entiendo. ¿Cómo es que la vida sigue? Me cuesta comprender cómo las cosas siguen sucediendo sin Loan, cómo no se detiene todo hasta que veamos al niño en los brazos de su mamá, donde pertenece.

Foto: Jere Giordano

Loan no aparece y está muy claro donde se depositan las responsabilidades. Tenemos un gobierno nacional que desfinancia y elimina organismos y comités que deberían estar abocados a este caso. Un gobierno nacional que no tiene nada que agregar más que “por el momento no tienen datos de Loan”, como lavándose las manos de un posible caso de trata cuando su principal discurso de campaña fue el “libre mercado”. Un gobierno provincial endeudado con el pueblo que viene escondiendo irregularidades, gastos millonarios en publicidad y favores a sus amigos detrás de la “mejor imagen del país”.

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