Por Iván Benítez
Martín Almirón es un músico correntino que actualmente vive en la ciudad de San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, una de las islas Canarias que aunque forman una comunidad autónoma de España, están más cerca del Sahara o Marruecos.
Su tonada está repleta de acentos caribeños y casi no se puede distinguir que es un correntino, pero en su música sí queda el más potente de los contenidos del chamamé: la nostalgia. Nació en Bella Vista, estudió Ciencias Económicas pero por intercambio se fue primero a Brasil y luego por un amor hasta Cataluña.
A eso Martín le llama «una secuencia de oportunidades y encuentros». «Mi sustento principal de momento está siendo el trabajo callejero; toco música solo en la calle, a veces en formato cantautor, a veces acompañado de percusión o guitarra», detalló en diálogo con el programa Sin Aportes.
«Me considero un obrero en el ámbito musical. Tenerife está siendo mi primera experiencia de que mi vida esté en torno a la música exclusivamente».
Martín Almirón y La Justino García es su proyecto a largo plazo, un disco que pretende lanzarlo a través de la financiación crowdfunding y que resultó del proceso de composición en el que incursionó durante la cuarentena por coronavirus.
«Mezclo con géneros de Brasil, con el pop y el rock. Soy bastante degenerado con los géneros musicales».
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