De ritmo pausado y crecimiento vertiginoso, se abrió paso en la escena urbana hasta convertirse en el principal referente generacional de la cultura alternativa. Moldeado por la furia y la insolencia de la primera ola del grunge, trajo un estilo fresco a la escena, rompiendo todo tipo de estructuras. Pasó de romper vasos (y techos) contra el escenario, a agotar 4 Vorterix en 6 minutos.
Hoy se encuentra presentando su disco “POST MORTEM” (Diciembre 2021) con una gira que soldouteo en todos los rincones del país (con desembarco en Barcelona y madrid incluído), cerrando el año con su show más grande hasta el momento, anunciado para el 12 de Octubre en el Estadio Luna Park. Escoltado por su habitual banda conformada por Fermín, Lamadrid, Haye y Gringo666, el público se podrá encontrar con canciones como «OPA», «PELOTUDA» y «LA PRIMERA», entre otras.
PUNTOS DE VENTA:
Opui – Resistencia Chaco – Mitre 225 (Resistencia)
Que sea Rock Corrientes – Pellegrini 1501 (Corrientes)
«Sinceramente no me siento 100% representado como rapero ni rockero. Con el término ‘trapero’ es con el que menos me identifico»
Desde la presentación de Post Mortem, que dió que hablar en todas las redes sociales, Dillom viene dando que hablar, cambiando reglas y sumando fans en todo el territorio argentino.
Minuto y medio por función, solo eso tardó en arrasar las entradas de sus cuatro presentaciones en el Teatro Vorterix. Lo que en principio pareció una locura, tampoco dejó de serlo en vísperas de la primera noche. Y todo sin sin desconocer su espíritu outsider, ni olvidar los valores del do-it-yourself.
Un gran contador de historias, ficticias o reales, Dillom atrapa su publico con esa gran dualidad de exponerse contando ralidades de su intimidad como las que va inventando. Demian, su single número cuatro, es una clara representación de eso.
Durante la pandemia decidió vencer su miedo a la muerte, que contó, se potenció durante este período. Sobre el sonido del disco Dillom habló con Indie Hoy y dijo:
La premisa era hacer algo nuevo. Eso nos terminó llevando por afuera del trap, medio consciente y medio inconscientemente. Cuando empezamos el trap estaba en pleno auge, pero yo ya estaba hinchado las bolas de hacer los mismos temas de siempre, así trap hard tipo la Bizarrap Sessions. Quería ampliar un poco los horizontes, encarar algo más alterno, que abarque más público y no sea tan de nicho, que pueda abarcar varios nichos. Quizás también una música más madura para un público maduro. Terminó saliendo, hoy en día el público que menos tengo es de 13 a 18. Lo que más tengo es de 18 a 25 ponele, y de 25 a treinta y pico. Es muy loco eso. No fuimos con la idea de hacer tal o tal género. En un momento quería que haya una paleta muy grande de sonidos, pero mucha gente comenzó a hacer varios géneros y sentí que se empezó a alardear con esto. Y también, por otro lado, a admirar un poco el virtuosismo de cambiar. Odio la palabra versatilidad. O sea, la versatilidad porque sí, por decir “¡Uy! Mirá que loco que soy, soy re versátil, hago funk y hago esto”, a mí no me llama la atención, me parece una pelotudez. Por ahí si hacés un tema de salsa y te sale bien, buenísimo, pero creo que muchas veces se confunde virtuosismo con creatividad. Hay gente que toca instrumentos como la puta madre, se saben todos los acordes del universo, y sacan un disco que es una verga, pero no sé tiene un groove copado bien de conservatorio y ya se piensa que es un discazo solo por eso. Podés alardear que hiciste una bachata y un punk, pero qué tiene que ver una cosa con la otra si no se sostiene a nivel conceptual.