Por Iván Benítez
Cuando miramos los juegos olímpicos pasamos por alto que existe un protocolo visual para registrarlos, una manera de ver los deportes. ¿Cómo y cuándo comenzaron a funcionar esas normas? El investigador Eduardo Galak definió como pieza crucial en este proceso a la película Olympia, dirigida por Leni Riefenstahl, que recuenta los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 desarrollados en la Alemania nazi.
“Olympia mostró la grandiosidad de los deportes. Eligieron construcciones históricas en torno a los griegos para la construcción de la mitología alemana y para remarcar el físico perfecto de un deportista”.
La película fue estrenada en 1938 y, según Galak, retoma la famosa frase de Mussolini que la cinematografía es el arma más fuerte para vencer. Es que la directora del documental, Riefensthal, pensó una manera de registrar los deportes, usó cámaras subacuáticas, implementó nuevas tecnologías del registro y estableció esas técnicas de filmación que hoy continuamos viendo en las transmisiones mundiales de las competencias olímpicas.
“Se trataba de mostrar las correcciones físicas”, dijo Galak, que abordó al documental Olympia teniendo en cuenta que el deporte es una definición social atravesada por condicionamientos políticos y sociales, y que toda relación social con el deporte es una manifestación política. Desde entonces, podemos ver un constante y creciente estetización de las prácticas deportivas.
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