Por Salome Abecasis
Greta Gerwig nació el 4 de agosto de 1983 en Sacramento, California. A los 19 años comienza a estudiar dramaturgia y en la universidad comienza a hacer audiciones por las cuales conoce a Joe Swanberg, embajador del subgénero dramático: MUMBLECORE y quien se volvería su amigo. Eventualmente Greta se volvería representante de este mismo género. El MUMBLECORE es marca registrada del cine independiente, de bajo presupuesto, con mucho monólogo y diálogos. Sus personajes son inseguros, titubean al hablar y murmurar para sí mismos. Generalmente cuentan historias sobre relaciones interpersonales, sexo y modernidad.
Greta trabajó muchos años como actriz y guionista dentro de este nicho de artistas indies hasta que en el 2010 (o tal vez antes) se da un evento canónico para todos los cinéfilos: Noah Baumbach conoce a Greta Gerwig, lo que resulta en un antes y un después en la vida de ellos y en las nuestras.
En este momento de la vida de Greta vamos a hacer una elipsis y nos vamos a saltear todas las producciones donde ella participó como co-guionista y como actriz en las películas de Noah para pasar a lo que vinimos, la Barbie directora de cine. Vayamos al 2017, cuando Greta estrena su ópera prima «Lady Bird», escrita y dirigida íntegramente por ella. La cinta cuenta la historia de Christine, quien se hace llamar Lady Bird, es su último año en el colegio y tiene aspiraciones muy fuertes sobre quién ser en la vida y esto produce muchos choques con su madre, relación sobre la cual se apoya la trama.
Algo interesante que nos muestra Greta en la cinta es que a pesar de que la protagonista tiene relaciones sexo-afectivas y amistades, tanto buenas como malas, ninguna de estas es tan trascendental como la que tiene con su madre. Lady Bird es una chica común, con problemas comunes, el chico que le gusta no la quiere, el chico que le gustó siempre es gay, su mejor amiga tiene otras aspiraciones en la vida y su madre (a pesar de todos sus esfuerzos) no la entiende. Solo quiere irse de Sacramento para ser libre y feliz, pero ahí encontramos el mensaje magistral de la directora: con un plano desolador, vemos a Lady Bird llamando a su madre desde Nueva York, con el rimel corrido, dejando en evidencia el llanto y el sufrimiento de nuestra protagonista, para pasar a la madre que se aflige al escuchar a su hija así, pero ambas necesitaban esa charla y pedirse disculpas. Lo hacen y el mensaje es claro.
Estás bien donde estás, tal cual como sos, cambiar es evolucionar, es crecer. Irte es sólo escapar. Una gran lección que nuestra protagonista pudo aprender al final de esta historia.
Llega el 2019 y Greta vuelve con una adaptación de la novela clásica «Mujercitas» de Louisa May Alcott, escrita y publicada en 1868. La historia de por sí ya tiene mucha carga feminista en su discurso sobre cómo somos las mujeres. La autora utiliza el ejemplo de las cuatro hermanas March, criadas en la misma casa por la misma madre, el mismo padre, en la misma época, con la misma plata, pero todas y cada una de ellas sale diferente. Además, Alcott lo hace de una manera brillante, exponiendo a la mujer frente a la sociedad: Las mujeres somos lo que somos, no lo que se espera de nosotras. Somos irónicas, inteligentes, cínicas, sensibles, competitivas, decimos malas palabras, no siempre somos delicadas, también nos ponemos violentas y eso está bien. Greta toma esta gran historia y la cuenta como a ella le gusta. Arranca un poco haciendo metaficción, con Jo March entrando a una editorial y ofreciéndole al editor una novela inspirada en su propia vida. A lo que el editor le dice que en la ficción las mujeres sólo pueden tener dos finales: MATRIMONIO o MUERTE. Algo que un poco se acerca también a la realidad de las mujeres durante muchísimos años.
Gerwig hace el refresh contando la historia de una manera atemporal, dinámica, con chistes que suenan más actuales, una manera más moderna de contar la historia dentro de una historia. En conclusión: Greta tiene el talento para destacar el encanto de cada personaje.
La hermana mayor, dulce y madura. La modernísima Jo, la caprichosa Amy y la pobre Beth, que es el ejemplo del estoicismo angelical de alguien que sabe que muere joven. Una adaptación que supo llevarse muchos aplausos y todos fueron merecidos.
Y terminamos con su última entrega en el 2023 «Barbie». El mensaje que envía Mattel a través de Greta es claro: Barbie nació como un intento por darle a las infancias (a las niñas concretamente) una alternativa de juego en el que las niñas puedan aspirar a tener profesiones y ocupar espacios típicamente masculinos. Y aunque es verdad que la muñeca falló durante años en cuanto al ideal físico a representar, de eso a ser enemiga del feminismo… bueno, digamos que había una brecha enorme a considerar. Así que con esta película se toma una postura contundente a favor del empoderamiento femenino y la equidad de género.
¿Por qué tuvo tanta polémica? Muchos lograron entender la relación de Barbie y Ken, es cierto que las cuestiones en torno a la sexualidad se dejaron un poquito de margen y se enfocó más en los estereotipos, pero mi opinión es que si profundizaba en eso también se iba a ir de tema.
Y el punto no sólo era amigarse con las adultas y darle a las niñas la visión de Barbie que siempre quisieron tener, era también reivindicar la posición del hombre en su relación con la masculinidad y las parejas. Porque a pesar de que las mujeres siempre fuimos tratadas y retratadas a través de la relación con un hombre y eso nos hizo la sombra de ellos, Greta tiene la brillante idea de que mostrando esto a la inversa no solo demuestra lo feo que es sentirse un objeto y una sombra del otro, sino que también reivindica la idea de que los hombres pueden ser ellos mismos sin todo el combo de masculinidad que el mundo les exige para validarlos. Cuando Ken, probablemente el personaje con mejor arco narrativo de la peli, entiende que él es «Kenough» (Ken-suficiente) y que no necesita cambiar o fingir para agradar a otros.
Ese es el fin de una historia que llevó a Barbie a humanizarse, acercándose a las mujeres reales, siendo una más de nosotras y a Ken, entendiendo que el amor no es forzado ni debe serlo. El amor propio siempre será el mejor amor.
Gracias Greta por tanto, te lo agradece una chica que espera ansiosa tu próxima película.
Por acá pueden encontrar la columna completa:
https://youtube.com/watch?v=ujVqy5MloHQ%3Ffeature%3Doembed