Todos los momentos tienen un verdugo y el amor después de los treinta
comienza a tener características empresariales. A diferencia de cuando
teníamos veinte, hoy somos más precavidos a la hora de invertir. El mejor amor siempre será aquel que no pudo ser y nadie se saluda a sí mismo un 14 de febrero.
La literatura, el cine, las canciones y el arte en general han utilizado al amor como fuente de inspiración para sobrevivir a lo largo de la historia. Muchas de nuestras aventuras fueron impulsadas por la sensación inexplicable que se nos genera en el pecho cuando queremos desmedidamente y, quizás no hemos hecho nada más ridículo y sincero en la vida que escribir cartas de amor.
Las redes sociales se inundan de enamorados que exhiben fotos, viajes, citas y frases ingeniosas para decir lo que se olvidaron el resto de los días. Exponen sus maravillosos sentimientos para que a nadie le quede la duda de lo mucho que pueden amar, y no importa si es un frasco, tu pareja o algún tío lejano; parecería que los 14 de febrero, necesariamente hay que estar enamorado.
Más de muchas veces me pregunte como se mide el amor, cuantas veces uno puede estar enamorado y si existe el amor para toda la vida. No lo sé, pues siempre termino recorriendo la línea del tiempo y ninguna historia se parece a la otra. Quizás el amor no sea el otro si no nosotros mismos, a lo mejor no es algo que recibimos sino más bien un lugar de encuentro. Tal vez cuando estamos enamorados es cuando más nos acercamos a lo que somos.
No podemos apretar un botón o idear un plan para enamorarnos o enamorar a otro, sin embargo las relaciones que hemos tenido marcan los nortes del territorio y debemos aprender a diferenciar la nostalgia de la realidad. Quizás no necesariamente sentías aquello que le dijiste a Johana, Florencia a pesar de ser la más linda del curso no podría haber sido para vos, con Yanina no tenían nada en común y siempre supiste que la relación con Delina tenia fecha de vencimiento. A veces la persona de la cual nos enamoramos es una puerta que nos sumerge en nosotros mismos mostrándonos lo maravillosos que podemos ser.
La gente parece estar apurada por enamorarse. Necesitan alguien con quien ir de viaje, con quien despertar por las mañanas y a quien otorgarle la responsabilidad de sus éxitos y sus fracasos. Eso no tiene nada que ver con el amor, es más bien perpetuar la soledad a cambio de una compañía.