Nota de Valentina Correa para @poneleondaradiook
El pasado 3 de junio River Plate recibió de local a Defensa y Justicia correspondiente a la 19° fecha de la Liga Profesional Argentina. El partido no pudo concretarse debido a la repentina muerte del hincha Pablo Marcelo Serrano en la cancha Más Monumental. Pocos minutos después del inicio del partido Fernando Rapallini, el árbitro, decidió pitar el silbato luego de escuchar a la hinchada pidiendo que se pare el juego. Fue en el momento de suspensión del partido en que los medios de comunicación comenzaron su juego sucio.
Ese día festejamos el cumpleaños de mi papá, junto a él y mi abuelo prendimos la tele para mirar a River esperando el triunfo. Lo que nosotros ni ningún hincha se esperaba era el silbato de Rapallini a los 15 minutos del primer tiempo. Todo el clima era confuso, con mucha neblina y ensordecido con los gritos de los espectadores. Cuando el reloj marcaba los 26 minutos, el partido fue finalmente suspendido.
La causa de este revuelo fue la caída de Pablo Serrano, de 53 años, desde la tribuna Sívori alta. El hincha y socio de River murió en el acto, por politraumatismos con fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica, según el informe preliminar de la autopsia. En cuestión de segundos toda la tribuna pedía a gritos el paro del partido, hasta que todo el mundo comenzó a mirar, incluso el arquero Franco Armani.
El hermano de Pablo, Adrián Serrano dijo: “La explicación es que fue una tragedia, un accidente. Estaba teniendo problemas, no tenía mucha fuerza en la mano y, seguramente, al intentar treparse a esa baranda, perdió el equilibrio y no se pudo sostener”.
Al ser catalogado como un hecho accidental, River debió crear un plan de contingencia para disputar el encuentro contra Fluminense. Algunas de las medidas incluidas fueron personal de seguridad, carteles informativos, sanciones, autorización, normas de seguridad, entre muchas otras. Celsa Ramírez, la fiscal a cargo de este caso, aprobó dicho plan y el partido pudo disputarse el miércoles pasado. Ese día, se pudo ver una bandera blanca en Sívori que decía “Pablo Serrano presente”. El encuentro contra Defensa y Justicia fue confirmado para este sábado 17 a las 21 hs.
Su hija también se encontraba ese día en la cancha y con todo el revuelo tuvo que retirarse sin saber donde estaba su papá. Imaginen ir a disfrutar de un partido de tu equipo favorito y volver a tu casa con un familiar muerto, eso le paso a Mía Serrano. Mientras le confirmaban la muerte de su papá y lloraba desconsolada, tenía una cámara del medio TN tras ella grabando toda la situación.
Unas horas después declararía: “Ya sé que tendría que alejarme de todo, pero no puedo creer que la gente sea tan mala. Tengo 16 años y perdí al único hombre que daba todo por mí, yo era la luz de sus ojos y mi papá hacía cualquier cosa con tan solo verme feliz a mí. Respeto”.
Este hecho que enlutó al Monumental inmediatamente se puso en boca de todos los medios, pero la mayoría se guío por el morbo. Buscando la primicia, estos programas llegaron a barajar muchas hipótesis descabelladas y sin respetar a la víctima. Sin mencionar que el canal Crónica puso en placa una foto difuminada del cadáver.
Este caso es una prueba más de que se debe cambiar la manera que tienen los grandes medios de contar noticias. Pablo y su familia solo fueron otras víctimas del morbo sistematizado de los medios, centro de especulaciones y mentiras. ¿En qué momento se rompe la brecha de la información con lo escabroso?
Los medios de comunicacion deberían replantearse sus barreras éticas y morales. Buscando vistas o atención llegan a pasar cualquier límite.
