Desde el programa Sin Aportes, dialogaron con Gabriela Torres, titular de la Secretaría de Políticas integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) a nivel nacional. En la entrevista comentó sobre la creación de un área específica para tratar problemas relacionados con el consumo de alcohol.
SEDRONAR se creó hace 30 años en el marco internacional en la guerra contra las drogas. Se encargaba entonces de la lucha contra el narcotráfico y la atención de las personas con adicciones. Con el paso de los años fue cambiando la concepción del problema hacia una mirada que abarque la salud integral exclusivamente de las personas.
“Hoy nosotros decimos que los problemas de consumo son problemas de derechos humanos. Porque implican el cuerpo de alguien, el trayecto de vida, el contexto de la persona y el contexto más general. ¿Qué está de moda?, ¿qué se consume?, ¿cómo vive una sociedad?”, explicó Torres.
Actualmente, según estudios del Organismo, la sustancia que más se consume en las provincias es una sustancia legal, el alcohol. De la naturalización de su consumo devienen una serie de consecuencias gravísimas.
En este marco dentro del área de prevención se creó una coordinación específica universal. Para que quede claro que el consumo de sustancias es una problemática que atraviesa a todas las edades y todas las clases sociales.
“La pandemia nos mostró que el que tenía un problema con el consumo, lo acentuó. Las casas de vino vendieron un 300% más en este contexto”, detalló Torres.
En encuestas de salud escolar los datos arrojan resultados alarmantes. Los jóvenes consumen primero para divertirse, en segundo lugar para ser parte y en tercer lugar porque tienen problemas personales. Es necesaria entonces la información sobre las consecuencias físicas y sociales que trae el consumo de alcohol y las problemáticas que han llevado a su consumo.
Desde SEDRONAR consideran que el debate en torno a la legalización del cannabis no es “marihuana sí o no”. Tienen que haber también espacios de contención, prevención, debates sobre por qué las personas consumen.
“La publicidad influye un montón, como la idea de que los medicamentos te solucionan la vida en segundos. Bajo la noción que no hay que transitar angustias, porque el remedio al segundo te calma. Eso es un mensaje horrible y no está bien, porque la publicidad ayuda a la naturalización del consumo sin riesgos, como en las propagandas sobre el alcohol donde están todxs felices”, concluyó.
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