Caso Dahse: negaron la reapertura de causa a una sobreviviente

El Juzgado de Garantías n*2 no hizo lugar al pedido de la primera denunciante del ginecólogo, cuya causa inició en el 2008 y se cerró a los cuatro años por falta de investigación.

Carolina es más que la causa por la que se busca justicia hace más de quince años. Ella es también madre, hija, hermana, amiga, docente.

En medio de tanta impunidad, Carolina surca los mares de la vida haciendo malabares para poder llegar a fin de mes, tener su casa propia, vivir en libertad, empoderarse como sobreviviente, maternar y cumplir con las citas para brindar su testimonial, aunque a veces la Justicia no cumpla su parte.

Muchas veces nos olvidamos que las sobrevivientes son más que sus propios casos y sus vidas, se van entrelazando entre la cotidianeidad y los lentos tiempos judiciales.

Así como le pasó a Carolina, quien en quince años se recibió de docente, fue mamá dos veces, vendió cientos de cuadros pintados por ella para tener un ingreso extra y entre tanta historia, la persona que denunció en 2008 continúa ejerciendo con total impunidad su profesión.

El caso

La historia de Carolina no empieza acá, su historia personal empezó hace muchos años cuando niña soñaba con qué ser de grande y cómo podría ir cumpliendo lo que se propondría.

Una parte de su vida si comienza con esta causa, su historia como sobreviviente, que de alguna forma fue abrazando a esa niña que soñaba. Ella siempre manifiesta que a raíz del hecho que denunció, sus sueños de niña se vieron cortados.

Para la legislación vigente en el 2008 Carolina era aún menor de edad, cuando ingresó en octubre de ese año a un centro de salud de la capital por un sangrado en zonas íntimas e intento de suicidio.

“Derivada del Servicio de Emergencia y traída por el mismo acompañada por Médico Forense (Policía)”, consta en su historia clínica de la que ella aún guarda copia.

Al ser menor para esa época el mismo Servicio ante el relato de Carolina, realizó la denuncia correspondiente del caso, pidiendo la presencia del médico forense.

En este sentido y ante el caso clínico, se le realizó un testeo de HIV, correspondiente al lote 655010101.

Todos estos datos minuciosos son importantes para comprender la magnitud de la causa y la gravedad que se haya cerrado a los cuatro años por falta de investigación judicial, con tantas pruebas en el expediente.

Acorde al relato de Carolina ella habría ingresado a la actual Clínica del Pilar, ubicada en San Martín al 555, para atenderse con su ginecólogo de confianza, a quien tenía mucho respeto y aprecio por tu trato tan profesional y amable.

En esa cita el dr. Alejandro Gerardo Dahse le habría pedido que llevara una ampolla que contendría un líquido simil anestesia, para el tipo de procedimiento que ella debía realizarse.

Tras la aplicación del mismo, Carolina no recuerda nada por varias horas, mas que flashes de situaciones concretas, como escenas donde el ginecólogo la habría abusado o los gemidos de él en sus oídos, uno de los traumas post hecho denunciado que más le costaría superar.

Esta situación es similar a la que denunció Rebeca en febrero del 2022, la aplicación de anestesia total para la colocación de un DIU lo que sólo le remitiría flashes de hechos por varias horas, entre los que se encontrarían el abuso denunciado.

También ella recuerda un momento en el que habría sido sacada de los brazos de la clínica por el mismo ginecólogo, mientras ella intentaría gritar la situación que habría atravesado para pedir ayuda.

Lo siguiente que viene a su memoria serían más flashes como recuerdos del supuesto abuso y a continuación, la internación en el centro de salud.

Desde entonces la vida de Carolina no es la misma, puesto que en un primer momento esperó cuatro años, hasta que lamentablemente el caso se cerró.

Ella considera que su abogado de ese momento se habría vendido, ya que social y culturalmente no se trataban estos temas con la seriedad de ahora. Sucede que la causa estaba llena de pruebas y es justamente por falta investigación, que el ginecólogo habría sido sobreseído.

De esta forma desde el 2012 su caso quedó en el olvido, mientras la vida la fue llenando de lindas sorpresas, la docencia, las aventuras con colegas, la maternidad, el baile, la pintura y mil historias más.

Sin embargo, la decepción de la Justicia era una herida que aún dolía, debido a que a ella como sobreviviente nunca la habían escuchado.

De alguna u otra forma el cierre de su causa sería como si el Poder Judicial, le hubiera dicho que eso que ella recuerda tan claro y de lo que tiene tantas pruebas, nunca habría ocurrido.

Diciembre 2021

Esta es una de las fechas más importantes para Carolina como sobreviviente, ella misma remitió que ese día se sacó “una gran mochila de encima”.

Dos meses antes se presentaba una nueva denuncia contra Dahse, también por abuso sexual y nuevamente en marco de una atención ginecológica.

Violeta fue el nombre elegido para preservar la identidad de esta sobreviviente, cuya querellante es la abogada Sofía Domínguez.

En diciembre de ese año el profesional tuvo que comparecer por primera vez ante la Justicia y se organizó una manifestación contra el ginecólogo afuera del Juzgado de Instrucción* 4.

Ese día y ante los medios de comunicación presentes, Carolina se presentó ante la prensa como la primera denunciante y contó su caso. La exposición con cara y nombre propios ante causas no es fácil, y ella necesitaba hacerlo también por todas las demás sobrevivientes que aún no habrían podido denunciar.

Desde entonces habla con la prensa cada vez que puede como forma no sólo de sanar, sino también de tejer nexos y acompañar, cuestión también compleja.

Sucede que desde esa primera nota otras personas se habrían contactado con ella en sus redes sociales, para comentarle que habrían atravesado situaciones similares con el ginecólogo.

En total serían veintiún sobrevivientes al momento, que acorde a lo explica la abogada Domínguez, muchas no pueden llegar a radicar la denuncia correspondiente por motivos económicos, poco acompañamiento familiar o cuestiones referidas a lo que implica la exposición judicial, entre otras consideraciones.

La detención preventiva

Desde ese diciembre Carolina empezó a tener nuevamente un poquito de fé y esperanza en la Justicia correntina, que no sólo citó a Dahse a declarar, también la prensa trataba el tema y parte de la población acompañaba a las denunciantes en las redes sociales.

“Parte de la población”, es un término para referirse a que lamentablemente existía un gran descreimiento al relato de las sobrevivientes por parte de la sociedad local.

Cuando la denuncia de Violeta y de otros casos similares estallaron en las redes sociales, primero se las acusó de tenerle supuesta envidia al doctor, quien estaba en ese momento en el exterior, aparentemente de vacaciones.

“Ya quisieran estar ustedes en Miami tomando unas cervezas en la playa”, decía un comentario mal intencionado de unx usuarix en Instagram,

Tampoco faltaron los clásicos comentarios en la misma red social como, “a mi me atendió y jamás viví algo similar, “fuerzas doctor, conocemos su trabajo, trajo a mi hijo al mundo”.

Un par de meses después, específicamente en febrero, Rebeca radicó desde España una denuncia también por abuso sexual en el 2008 y el marco de la colocación de un DIU, a través de su querellante, Sofía Domínguez, en el Juzgado de Instrucción n*3.

A pesar de una segunda causa activa, esa “parte de la población” continuaba poniendo en duda la palabra de las denunciantes. Hasta que en abril del 2022 todo cambió.

Carolina estaba cursando su segundo embarazo en un estado avanzado y se lo cruzó a Dahse en el microcentro correntino, ella lo grabó mientras él le decía que estaba “incogible”.

Esas palabras él profirió hacia una mujer en un estado de creación de vida, que requiere extremo amor y cuidado, y cuya realidad debería conocer el profesional correctamente, debido a la especialidad que realiza.

Ese video tomó notoriedad en todo el país, llegando incluso Carolina a dialogar con canales nacionales y rompiendo finalmente con el descreimiento social del relato de las sobrevivientes.

Dos meses después, en junio, la jueza Josefina González Cabañas, correspondiente al Juzgado que contiene la denuncia de Rebeca, ordenó la detención preventiva del ginecólogo.

Este hecho fue celebrado por las sobrevivientes como un gran acto de justicia, por ellas y por todas las que aún no habrían podido contar hechos similares.

Sin embargo, la paz de que el denunciado esté detenido y sin ejercer su profesión fue corta, ya que en octubre la Cámara de Apelaciones a cargo de los jueces Diego Nuñez Huel y Mario Alberto Alegre le concedieron la libertad, tras los pedidos presentados por los abogados del ginecólogo, Isidoro Sassón y José María Arrieta.

En el medio de todos estos sucesos Carolina se mudó de departamento esperando la llegada de su segundo bebé, hizo y vendió varios cuadros para pagar las atenciones del centro de salud durante el parto, tuvo un baby shower, la despidieron de su trabajo, la contrataron en otro puesto, parió a su hija, luchó con lxs docentes por mejoras salariales y varias anécdotas más.

Uno de los puntos a destacar es que al ser ella docente no podía psicológicamente hacer uso de la obra social correspondiente al gremio (IOSCor), en la cual Dahse continuaría ejerciendo como auditor.

A la par, durante todos estos años ninguna autoridad judicial aprobó la inhabilitación de la matrícula del profesional, aún habiendo un pedido de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género.

El juicio

El 8 de marzo del corriente año y tras la concentración final de la movilización correspondiente al Día Internacional de la Mujer en la plaza 25 de mayo, frente a Casa de Gobierno, Sofía Domínguez anunció que la Cámara de Apelaciones había aprobado la elevación a juicio de la causa que tiene como origen la denuncia de Violeta.

El 26 de julio fue la primera audiencia en el Tribunal Oral Penal n*1, a cargo de la jueza Ana del Carmen Figueredo y lxs vocales Teresita Godoy Prats y Raúl Guerín. La Fiscalía le correspondía a Carlos Lértora, quien por motivos de salud fue reemplazado por Jorge Sehman.

Es importante destacar que a principios de agosto, la jueza González Cabañas ordenó la elevación también a juicio de la causa que tiene como origen la denuncia de Rebeca. Motivo por el cual, el ginecólogo podría enfrentar un segundo juicio nuevamente.

En principio para este primer juicio estaban previstas cinco audiencias para catorce testimoniales, pero debido a diversas cuestiones las sesiones se fueron extendiendo y se pospusieron declaraciones, como la de Carolina.

Su testimonio estaba previsto para el pasado 16 de agosto, correspondiente a la cuarta audiencia, pero se pospuso para la siguiente sesión del 30 de agosto. Esto fue un shock emocional muy fuerte para ella.

Carolina no sólo tuvo que diagramar su mañana con sus hijxs y pedir permiso en su trabajo, también se preparó psicológicamente para el momento que estuvo esperando por más de 15 años, ser escuchada por la Justicia.

Lamentablemente esta es una las cuestiones sobre la que los Tribunales aún no han podido aplicar la perspectiva de género correspondiente, el entender el tiempo extra procesal en el que viven y en el que deben organizarse quienes testifican en casos, más aún las mismas denunciantes.

Finalmente el pasado miércoles Carolina declaró acompañada de las responsables locales del programa nacional Acercar Derechos y de parte de su querella.

A principios de agosto ella, a través de los abogadxs Sonia y Hermindo González, pidió la reapertura de su causa cerrada en 2012. Con todos los sucesos judiciales de los últimos meses estaba muy expectante y positiva por la respuesta del Juzgado.

Gran decepción se llevó nuevamente de la Justicia, cuando recibió la cédula de notificación en la que se le informaba que la jueza María Agostina Falcione del Juzgado de Garantías n*2 decidió no hacer lugar al petitorio.

“Cuando me pregunten que pienso de la justicia correntina voy a mostrarles esto… 15 años después siguen riéndose del dolor de una persona”, escribió Carolina en su muro personal de Facebook con la foto de la notificación judicial.

En la publicación continuó su descargo explicando que, “Hace 15 años me violaron siendo menor. Pero eso no bastó para que este demonio sea juzgado. La justicia se tapo los ojos y encajonó mi causa”.

Y agregó que “Hoy…15 años después, con 21 víctimas más a parte de mi, tomé fuerzas e intenté volver a reabrir la causa que ellos dejaron que prescriba, la cual ni siquiera investigaron. Esto es lo que responden..”

Quince años hace que Carolina denunció un hecho que la marcó de por vida, pero que no la define en totalidad. Casi dos décadas de negativas judiciales y lentos y revictimizantes transitares.

Las bajas penas, los pausados tiempos judiciales, la no escucha, la duda, el caso omiso a la prueba, los aparentes amiguismos del poder, y muchas cuestiones más en esta Corrientes feudal, hace que existan miles de Carolinas.

Están ahí, en silencio, con el mismo desgarro en el alma por la negativa que sufre nuevamente Carolina. En silencio porque la exposición es un arma de doble filo, sobre todo para morbosos, moralistas y denunciados.

Ella nunca habría tenido que exponerse para que se conozca el caso y a la par, es una de esas miles que pudo acceder a los medios de comunicación para contar su relato. Por ella y por las miles de personas de causas similares que son silenciadas por Juzgados, sin la capacitación ni la perspectiva correspondiente.

“No soy lo que me sucedió, soy la mujer en la que me convertí mientras sanaba”, reafirma Carolina una y otra vez.

Por ella, por Violeta, por Rebeca, por todas.

JUSTICIA

 

El Ministerio de Salud de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Abordaje Integral de Salud Mental y Consumos Problemáticos recuerda que se pueden prevenir casos de suicidio reconociendo signos de alerta como: aislamiento; persistencia de ideas negativas; dificultad para comer, dormir y trabajar; desesperanza; llanto inconsolable y repentino cambio de conducta. 

También, mostrando interés y apoyo, respetando las diferentes expresiones de sentimientos y eliminando prejuicios. 

El organismo recuerda que “el suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento”.

Cabe destacar que la línea 135 es de asistencia telefónica gratuita para personas en crisis o con riesgo de suicidio desde Bs. As. Además los números 011-5275-1135 ó 0800-345-1435 desde todo el país.

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