El nuevo norte es el sur

Nota de Morena Mendez para Delicada y Violenta

 

Algo resonó en todos después de El eternauta, fue como revivir el mundial y ganarlo de nuevo, todos estamos aguante mi patria, ¡que viva mi país! Es que hay tanto color local y lugares comunes en esta ficción que parece emular el lenguaje audiovisual que acostumbramos que sea extranjero, que nos llenamos de orgullo diciendo “esto se hizo acá porque nosotros también podemos”, como si esta serie viniera a declarar algo que aún no está claro, que nosotros también podemos. Pero no es que lo decimos porque aún no esté claro. Sí! Nosotros podemos, pero es necesario repetirlo hasta que las futuras generaciones sientan que es un hecho y no hay nada que aclarar ni señalar. Que sea tan obvio no solo el potencial sino también el poder de la argentinidad, que en el futuro la ficción sea creer que no podemos.

Esta necesidad de afirmar no viene de la nada, estamos acostumbradas a que desde las instituciones formales (las escuelas) se nos enseñe de manera implícita que Norte signifique Arriba y que Sur signifique Abajo.

Siendo todo lo que va arriba lo relacionado al poder, el desarrollo, la riqueza y la centralidad, mientras que todo lo que va abajo se vincula con lo subordinado, la periferia, el subdesarrollo y lo colonizado.

Esto se heredó del pensamiento colonial europeo que siempre funcionó con jerarquías. Incluso cuando cae el imperio romano y detentan el poder la monarquía y la iglesia católica, estos crean los estamentos para organizar los grados de influencia de cada entidad. Los estamentos poseían una  estructura piramidal con el monarca a la cabeza y el pueblo llano en la base de la pirámide.

Cuando Colón llega a América por error, la posibilidad de expansión e influencia de la corona española renace (recordemos que Isabel había casado a la menor de sus hijas, Catalina de Aragón, con Enrique VIII de Inglaterra cuando Arturo, príncipe de Gales y hermano mayor de Enrique fallece por ser de “composición delicada”, lo cual viene a arruinar esta poderosa alianza entre estos dos grandes reinos europeos, que de todos modos vuelve a debilitarse cuando Enrique VIII busca anular este matrimonio porque Catalina no pudo darle un heredero varón).

Entonces… Cuando Colón llega a América por error, la posibilidad de expansión e influencia de la corona española renace, con una reina ya en sus 41 años (fallece con 53 años, lo cual eran 20 años más de lo usual en ese entonces) y el proceso de colonización, esclavitud y expanción española inicia para veneficio de la corona. Dando lugar a una masacre continental y a un adoctrinamiento sistemático.

Entre las cosas que heredamos de ese bello sistema de enseñanza, es que el centro del mundo es Europa, y su core está en España, como suele representarse en los mapas hasta el día de hoy. Lo que permitió que durante generaciones, este proceso de entender el norte y el sur y su paralelismo como “dominante y dominado” se cristalizara en el inconsciente colectivo. Esto repercutió en la forma en que podemos entender la historia de la humanidad y las diferentes culturas. Quien conoce la mitología grecoromana es alguien culto, quien conoce la mitología guiaranítica tiene un dato de color. Si en méxico hablas inglés con fluidez sos inteligente, una persona civilizada más, pero si hablas o entendés el náhuatl probablemente crean que venís de una región rural sin muchos recursos, Por dar ejemplos de cómo se concibe lo propio reduciendo su valor cultural y cómo “lo otro”, lo extranjero se trata como una aspiración.

Galeano (periodista y escritor uruguayo) fue uno de los pensadores latinoamericanos que vino a desafiar esta jerarquía geopolítica, proponiendo al Sur o a América Latina como un territorio con su propia centralidad, igualmente digna y rica en cultura e historia. Reivindicando estas ideas de lo propio con una inversión del mapa mental de los latinos, proponiendo cambiar el ángulo desde el que vemos el valor inmanente a nuestra cuna y nuestra historia, algo como lo que hizo en su momento Torres García con su famoso Mapa de América del Sur.

La idea de Galeano es que el Sur posee sus propias formas de pensar, crear y construir su futuro y que está igual de bien que las impuestas por los modelos coloniales aún autoimpuestos.

En este sentido, Aníbal Quijano (sociólogo peruano) replica estas ideas con su teoría de la Decolonialidad del poder, que habla sobre la persistencia de las estructuras de dominación y jerarquías sociales, raciales y epistemológicas impuestas por el colonialismo europeo, las cuales siguen vigentes hoy en día, incluso después de la emancipación que cada país luchó por obtener. Este concepto señala que el colonialismo no solo fue un sistema político y económico, sino una matriz de poder que organizó las relaciones sociales, la producción del conocimiento y las identidades culturales bajo una lógica eurocéntrica y racializada, creando un sistema de castas y discriminación que perdura hasta hoy y nos recuerda a los estamentos de nuestra querida España.

Sin embargo, no todo está perdido y si somos capaces de verla, de ponerle un nombre y de luchar contra ella, podemos darnos entre nosotros nuestra propia voz, nuestra propia identidad y podemos crear desde nuestra imaginación. Como dijo Darín en una de estas últimas entrevistas: “Nos quisieron venir a decir cómo tenían que ser nuestros bichos y nosotros les dijimos que no. Nosotros vamos a hacer el bicho como nos parece a nosotros”.

¿Qué les recomiendo leer hoy?

De Galeano, «Las venas abiertas de América Latina» (1971). Un libro fundamental que analiza la historia y la explotación económica de América Latina desde una perspectiva crítica y de descolonización.

De Quijano, “Colonialidad y modernidad/racionalidad” (1992). Eue desarrolla las ideas aquí mencionadas.

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