La Universidad pública no es un gasto, es una inversión para la proyección de un país exitoso.
La Universidad pública te forma y abraza de miles de maneras, acompaña los procesos de las juventudes o permite a generaciones anteriores tengan un título universitario cuando en esa juventud, por algún que otro motivo no pudieron estar en las aulas.
Atravesar los ámbitos universitarios nutre a futuros profesionales a conocer las diferentes realidades socio-económicas y culturales que existen en el país.
“Lxs amigxs del interior” que llegan a las capitales para cursar en la Universidad, son una clásica caracterización de las aulas.
Familias que les esperan en sus hogares cada fin de semana primero y luego, cada vez que pueden conforme pasan las obligaciones académicas o deben conseguir un trabajo, ya que los gastos aumentan y a veces, les cuesta a la familia llegar con lo necesario.
Misma situación viven quienes residen en la ciudad donde la carrera universitaria o dónde la Facultad tienen sede, la añoranza tal vez no les caracteriza, pero el deseo de ser la primera persona egresada de la Universidad pública en su familia, lxs moviliza en todo su ser.
En junio de este año el Ministerio de Educación de la Nación, publicó un informe en el que evidenciaba que en diez años, creció un 67% el número de ingresantes en las Universidades públicas de todo el país.
Acorde al Censo de Estudiantes de la Universidad de Buenos Aires en el 2011 el 73,3% de estudiantes de la casa de estudios de la capital del país, era primera generación de estudiantes universitarios.
Este año el país cuenta en la actualidad con 2.730.754 estudiantes, que cursan en las 11.769 carreras de pregrado, grado y posgrado que se dictan públicamente en las 132 universidades de toda la Nación.
Al ver estas cifras es imposible pensar sólo en esos números, quienes pasamos los claustros universitarios sabemos que representan historias, no son sólo un porcentaje o una estadística.
Son lxs hijxs de quienes no pudieron acceder a la Universidad porque el trabajo no se lo permitía o miles de situaciones más, son las lágrimas derramadas al extrañar a la familia, son el sueño de un futuro mejor para impulsar a familiares, amigxs y hasta mejorar su comunidad.
Son el deseo de estudiar en el país y demostrar en el exterior la gran calidad de formación universitaria que tiene la Argentina, y cuya gratuidad abraza a cada extranjerx que sabe en carne propia la exclusión educativa y elige nuestra tierra para estudiar.
Seguramente bajo esta última premisa no faltará el clásico comentario que manifiesta: “vienen, estudian y se van”. Sí se van, si lo desean, pero se van a contar lo maravilloso del sistema educativo del país y sobre todo, nutren en diversidades de culturas a sus compañerxs y las aulas que transitan.
La Universidad pública argentina es maravillosa, y esa descripción incluso es ínfima para caracterizar la magnitud que su existencia representa.
“Pagá tu educación pará$ito”
“Pagá tu educación pará$ito” rezaba un cartel que apareció colgado este miércoles sobre la calle Sargento Cabral al 2001, sobre la sede de COMTULAB y parte de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste.
Apareció es el verbo correcto, porque muchas personas concuerdan con esta locura pero ninguna tiene la educación bien puesta, como para mostrar que lo colgaron.
Para despotricar en las redes con que eso es lo correcto y viene tal propuesta con determinado candidato, se nota que son muy “gallitos”, pero para identificarse como quienes colgaron el cartel, “se le arrugan los huevitos”.
Somos lxs hijxs de la Universidad pública porque ella nos parió de nuevo a la sociedad, para comprenderla y transformarla, porque transitar sus aulas nos nutrió como la leche materna durante los primeros años de vida.
Sin fines poéticos ni comparaciones irrisorias, esa es la realidad, se nace a la realidad como profesionales en un mundo académico en el que la palabra empatía, es la primera que reina, y es la que caracteriza a quienes de la Universidad pública egresaron.
A pesar de todo esto, acorde a la investigación del 2023 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en nuestro país sólo el 24% completa sus estudios terciarios o universitarios.
Aún con este porcentaje, Argentina se ubica entre las primeras posiciones en el ranking lationoamericano.
¿De qué parásito me estás hablando?, si sólo 1 de cada 4 personas obtienen su título universitario en los ámbitos públicos.
¿Por qué mejor no vas a la Universidad que tanto odias, a formarte o informarte con esos profesores que seguramente denominarás “progue”, y así dejás de ser un parásito con carteles que ni sentido tienen?
Parásito quien cree que insultar con un cartel afuera de una Universidad pública, es una acción de campaña política. Parásito quien no investiga y termina formulando frases que lo único que hacen, es dejarlo en ridículo.