Por Meli Echeverria
Pasado el mediodia de hoy se confirmó la muerte de Silvina Luna de 43 años. Hacía dos semanas estaba internada en el Hospital Italiano con una insuficiencia renal producto de una cirugia estetica mal realizada hace 12 años.
Siento que es fácil ahora llenarse la boca (o historias y tuits) de palabras de triteza y pena sobre la partida de Silvina, que es fácil ahora hablar de la presión estética sobre los cuerpos, hablar de Silvina como la victima de una insuficiencia renal producto de una cirugía estética que le hizo Aníbal Lotocki en 2011.
Porque son solo 2 dias en los que vamos a ver tuits, titulares, paneles en tele, personas subiendo fotos e historias, hasta que no sea más noticia. Hasta otra vez volvamos a vivir naturalmente en esta sociedad donde el sufrimiento a cambio de la validación es moneda corriente porque eso nos enseñaron, ¿no?
Desde que entendimos que las nenas y los nenes son diferentes entendimos también que “ser linda duele”, entendimos que someter a nuestros cuerpos a miles de torturas es común porque eso vimos a nuestras madres hacer y ellas a las suyas. Pero por sobre todo entendimos que si no cambiamos o “mejoramos” vamos a ser criticadas. juzgadas, señaladas y un juicio de valor se va a hacer por cada detalle de nuestra humanidad fisica.
Desde pequeñas nos vamos preparando para eso, vamos modificando nuestro cuerpo que esta “mal” para dar lugar a lo que esta “bien”, a lo que gusta, a lo que junta likes y reacciones en instagram.
A veces quiero creer que hay cosas que estan cambiando, que hay más gente hablando del tema. Pero todas esas veces mi burbuja explota al ver un tuit, al escuchar un comentario, al recibir ciertas miradas y hasta las veces donde yo misma me encuentro juzgando la corporalidad de alguien más. Constantemente somos atacadxs por imagenes retocadas, por filtros, por estandares inalcanzables y totalmente irreales.
Después de años de trabajo interno, de aceptación podemos entender nuestro proceso y difirenciar lo que consumimos pero el inconciente sigue ahí. Así nos criaron, nos construyeron con la casi innata nececidad de gustar y que ese gustar este acompañado con perseguir una hegemónia a costa de todo.
Las redes y los medios de comunicación mainstream son una jungla, la fijación con la diversidad corporal, con señalar los aspectos fisicos, especialmente de las muejres, es morboso. Todo es opinión sin malisia y risas hasta que hablan de vos, ahi es donde dos dias nos volvemos activistas de la diversidad corporal diciendo “de los cuerpos no se opina!” mientras compartimos un reel en nuestras historias. Porque es innato, porque esta en nuestra escencia. Nadie que este leyendo esta nota puede negar que al ver a Silvina Luna en este último tiempo no recordó momentos de cuando era “la mas linda del pais” y se preguntó “¿Qué le paso?”.
A Silvina le pasamos nosotrxs, Silvina Luna fue victima nuestra. Ella y miles más son muertes que vamos a cargar nosotrxs y los que vinieron antes, es nuestra culpa. No fue ni falta de amor propio de su parte ni una mala elección. Es culpa de una sociedad donde las corporaridades diversas y la vejez son sinonimos de “malo”. Fue y es nuestra culpa como sociedad al seguir naturalizado el imperativo de la delgadez y de la presion estetica. Porque el problema no es individual, es colectivo. Cuando hablamos de “sociedad” hay que hacerse cargo de los que nos toca, del contenido que consumimos, de los comentarios que hacemos y del silencio que entregamos.
Silvina Luna por 25 años se desarrolló activamente como actriz, modelo y conductora. Era amiga, hermana e hija. Cosechó amistades en todos sus trabajos, no hay persona que haya trabajado con ella que hoy no este dando su palabra sobre lo buena compañera y amiga que era. No queda más que desearle un descanso al fin y replantearnos si es esta la realidad que queremos seguir viviendo, una realidad donde naturalizamos perder todo por la aprobación, hasta la vida.
