En pleno 2023 es irrisorio que se abra un debate y no se comprenda lo revictimizante y estigmatizante, que resulta para la comunidad afrodescendiente el Blackface.
Aún recuerdo cuando en pre-escolar en la Escuela Normal me tocó interpretar a una lavandera para el acto del 25 de mayo. Mi abuela me pintó la cara con un corcho quemado, para parecer “negrita”.
Esa práctica fue muy recurrente durante muchos años, sin comprender la gravedad de su trasfondo. Con el paso de los años, colectivos, activistas y militantes afrodescendientes explicaron el por qué debía dejar de realizarse.
Efectivamente ya no se veían a infancias con la cara pintada, para interpretar a personas esclavizadas en la época colonial. Sin embargo, hay situaciones en las que esta práctica discriminatoria resurge con crueldad.
Virginia Acosta representa en la comparsa Arandú Beleza a una deidad del culto africano. Para personificarla, se pintó el cuerpo completo.
Argumentando que “de ese color” es la deidad y que “está en su derecho a hacerlo”, decidió continuar con esta práctica. Lo más grave sucedió en publicaciones en redes sociales, donde parte de la ciudadanía apoyaba esa forma de representación.
¿Qué es el Blackface?
Acorde a estudios estadounidenses, esta práctica dataría desde 1830. Personas de tez blanca se pintaban la cara de negro, con el fin de imitar de forma burlona y grotesca a la comunidad afrodescendiente.
Hasta 1978 la BBC emitió una producción en la que sus actores principales realizaban Blackface. Cabe destacar que era una forma de incluir a personas afro en la televisión y el cine, pero de una forma equivocada.
En lugar de que participen afrodescendientes, personas se pintaban la cara con el fin de ridiculizarlos y de mofarse de las luchas contra la esclavitud, que se estaban gestando en su momento.
Con el paso de los años, el objetivo fue pormenorizar las conquistas logradas, en un intento de retroceso en el acceso a derechos.
El Blackface tenía un fin: el de la burla, el entretenimiento, la diversión desde el racismo, la opresión y la ofensa. Era reforzar la ideología racista y debido a este origen, su práctica debe ser totalmente desterrada.
Las personas afro eran presentadas como seres demoníacos, brutxs y a quienes se debía temer por su forma de ser y actitud. Este último punto es crucial para determinar las dificultades de la inclusión social de la población afrodescendiente.
Las personas que no comprenden este trasfondo, que creen que se trata de una mera representación carnestolenda sin mal, en algún punto también son parte de la dificultad de la total erradicación del Blackface.
La Cofradía de San Baltazar
Al observar la práctica de Blackface en la comparsa Arandú Beleza, la Cofradía de San Baltazar se pronunció al respecto. El organismo nuclea a descendientes de personas afro en la ciudad de Corrientes.
Gabriela Caballero, segunda línea fundadora, fue la encargada de tomar la voz por la Cofradía, que este año cumple 30 años de existencia.
Explicó que en el 2016 se realizó una práctica parecida en la comparsa Sapucay. Sin embargo, en esos años aún desde la Cofradía desconocían la gravedad de esta práctica.
Con el paso de los años y el contacto con otros grupos afrodescendientes, comprendieron el racismo que implica el Blackface.
Por tal motivo, hoy en día están dolidxs y con la voz más fuerte que nunca, para que se respete a la comunidad afrodescendiente de Corrientes.
El Blackface es racismo, no debe realizarse, ni ser punto de debate, eso tiene que estar claro. Una práctica que ha criminalizado, burlado y dañado por tantos años a la población afro, no debe replicarse.
1 comment
Buenas noches, realmente desconocía el término y eso me llevó a leer el artículo que me resultó interesante, sin embargo creo que traspolar términos en otra lengua de forma lineal, generados y explicados desde otros contextos, genera controversias y no logran explicar en su totalidad las situaciones ajenas a los contextos de origen.
Respeto, comparto y comprendo el malestar generado, y celebro la visibilización y las reivindicaciones logradas por los afroargentinos en particular, no obstante me parece que habría que revisar y clarificar las situaciones del contexto argentino.