Por Iván Benítez
El investigador y profesor de educación física, Eduardo Galak, propuso herramientas para pensar las prácticas, los juegos escolares y los deportes en relación a la formación de ciudadanía. «Esas construcciones también condicionan las maneras de deconstruirnos», dijo Galak en referencia a las divisiones de género en las clases.
«En general, el deporte es masculino. Hay una normalización de que lo masculino es lo correcto, y lo femenino es una cosa aparte. Lo mismo ocurre con los deportes para discapacitados», observó el investigador del Conicet en diálogo con el programa Sin aportes.
Frente a ello, Galak agregó: «Lo interesante es ver cómo en otras culturas eso funciona de manera diferente. En Estado Unidos el fútbol (soccer) está asociado a la práctica femenina, como el rugby en Brasil. En esas hilachas sociales hay construcciones que operan legitimando unos cuerpos y deslegitimando otros».
«Mis investigaciones se refieren a ver cómo distintas prácticas físicas configuran sentido sobre nuestros cuerpos. Por ejemplo, el hecho de que en nuestras sociedades existe todavía un sentido patriarcal- normativo con respecto del género masculino sobre el femenino», detalló.
Genealogía y función
El profesor indicó que «la historia de la educación física nace dándole la espalda a los deportes, inclusive criticandolos. Nace con dos principales contenidos: la gimnasia (como una manera científica de moverse) y los juegos (atractivos y de trabajos psicomotricistas)».
«La escuela le lavó la cara a los deportes para trabajar la solidaridad, el compañerismo, el respeto por las reglas», dijo Galak como contracara de las trampas y el doping. «La escuela no tiene que sacar deportistas, tiene que formar ciudadanos», insistió.
Galak es además doctor en Ciencias Sociales y magíster en Educación Corporal.
Clases virtuales
«Al comienzo de la pandemia, cuando la escuela tuvo que acomodarse a este mundo de la virtualización, la educación física tuvo un rol significativo sobre todo en jardín y primaria: los primeros contactos que tuvieron los niños y las niñas fueron esas clases», expuso el académico.
«En la secundaria muchos y muchas adolescentes, con la virtualización y al ser las clases individuales, sí hacían educación física», advirtió, para señalar las problemáticas de bullying y las diferencias con las clases presenciales.
«Hay que volver a resignificar los espacios, pensar qué hacemos en cada una de las clases y comprender que la educación física no es puro divertimento, sino que tiene un lugar central en el aprendizaje de nuestros cuerpos y en los modos de socialización», concluyó Galak.
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