Ejercicios para la MEMORIA

A 45 años del último golpe militar algunas reflexiones para ejercitar la memoria.

Por: Fernando Marturet

Para: Hay una Guerra

Desde la vuelta a la democracia la memoria es una palabra que toma mucha fuerza, Galeano en un poema dice: “En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria”.

Creo que con las abuelas se refleja lo difícil e importante que es la memoria para constituir la identidad individual y colectiva.

El último golpe cívico, militar, eclesiástico y empresarial deja un trauma que hasta el día tratamos de subsanar. Lo traumático no fueron solo los militares, sino toda una sociedad que en una u otra forma fue cómplice o víctima.

La memoria es un puente que conecta con el pasado, pero no como una sucesión de hechos cronológicamente informados.  El pasado no tiene que ver con lo que pasó, tiene que ver con lo pendiente. Tiene que ver con lo que desde el pasado se intentó transformar y no se pudo. Volvemos constantemente al pasado para leernos a nosotros mismos.

Lo difícil de esta tarea es que el pasado es en algún sentido es inaccesible y por lo tanto el mapa no puede coincidir con el territorio. Y en ese sentido lo que digamos desde el pasado lo decimos desde el presente, hacer historia es la construcción narrativa sobre textos que vienen del pasado.

Esto no le quita veracidad al discurso sino al contrario es lo que lo nutre. Contar la historia es traer lo que pasó al presente, esa historia habla de nosotros hoy. Volvemos todos los años a esa época oscura y vemos que mucho de lo que pasa ahora se refleja ahí.

Después de la vuelta a la democracia y por mucho tiempo rondaba la Teoría de los dos demonios que justifica el terror de estado en un supuesto enfrentamiento con grupos extremistas, lamentablemente en gran parte de Latinoamérica aún lo defienden.

Hasta el día siguen buscando instalar el no fueron 30.000 o no eran jóvenes idealistas para justificar un proceso histórico. Decir que no hubo 30.000 no es hablar lo que pasó en el pasado.

El pasado no tiene que ver con lo que paso, si no con lo pendiente, con lo simbólico. Los 30.000 es un símbolo que nos permiten establecer una red de significantes y significados acerca de la recuperación desde la memoria de una situación histórica que nos estructura en nuestra subjetividad. Estos discursos lo que buscan es carcomer una forma de ejercer la memoria.

Siempre que revisamos la historia aparecen otras cosas, cosas que quedaron al margen. El filósofo Walter Benjamin habla de “Cepillar la historia a contrapelo” en el cepillar aparece lo que pensamos perdido. La deuda que nos queda es con esas historias y cuanto más cepillamos más van a aparecer.

Un ejemplo claro es la revalorización que se hace a las más de 400 víctimas cuya identidad LGBT se ocultó en el informe Nunca Más por presión de la Iglesia. Este año al fin fueron reivindicados con sus nombres y sus apellidos.

Con sus fortalezas y sus debilidades. Con sus historias y sus sueños, que truncó la represión genocida. Un buen ejercicio de memoria es recordar que una parte del terror no se fue con la dictadura quedó en las fuerzas represivas y los ministerios de inseguridad.

Como dice el documento de memoria verdad y justicia de este año: “Hay una pretensión de mantener el despliegue represivo. Ayer la ministra Bullrich encubrió a Gendarmería y Prefectura en la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel. Hoy Berni encubrió a la Bonaerense en la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Castro y en los asesinatos por gatillo fácil.

Esa maldita policía represiva, corrupta, socia de los narcos y la trata, que no sirve ni para encontrar a Maia. Acá le podemos sumar a “Kevin” Candia asesinado en la UP1 días antes de salir en el medio de una represión policial por un brote de COVID y otres muches asesinados por las fuerzas represivas en Corrientes y toda la Argentina. Apropiarnos de estos discursos nos vuelve parte de una tradición que sueña con una sociedad más justa.

Desde la vuelta a la democracia el arte fue uno de los lugares donde quedó plasmada esta búsqueda por la identidad, por la memoria y la justicia. Quería cerrar con un pedacito de la letra de un tema de Charly que nos recuerda parte de algo más grande:

Ayer soñé con los hambrientos, los locos

Los que fueron los que están en prisión

Hoy desperté cantando esta canción

Que ya fue escrita hace tiempo atrás

Es necesario cantar de nuevo una vez más

Inconsciente Colectivo – Charly García

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