Por Iván Benítez
El profesor de educación física e investigador del Conicet, Eduardo Galak, participó de una consigna del programa Sin aportes y se refirió a las medidas de aislamiento y sus posibles consecuencias en la enseñanza y la socialización.
1- Emergencia social inusitada
Para esto nadie se preparó, ni docentes ni directos. Entonces es importante entender cierta contingencia y no pretender como la escuela hace, pretender rutinas. La escuela es claramente la organizadora de las rutinas sociales, hasta en las vacaciones de verano e invierno.
La emergencia trajo una desorganización de la rutina en general, tampoco se podrá pensar a la emergencia como estado permanente.
2- Grados de presencialidad
Las escuelas estuvieron cerradas, pero el sistema educativo no. Se siguió manteniendo un vínculo con los estudiantes. No es lo mismo en absoluto la presencialidad que la virtualidad, así como no es lo mismo dar clases con las cámaras apagadas que prendidas.
Hay que favorecer aprender a ser presencialmente a través de la virtualidad, saber cuándo hablar, cuándo callar, en qué momento ceder la palabra y en qué momento ser más activos.
3- Las familias y las escuelas
No hay que confundir la distancia física con la distancia social. Tenemos que tener distanciamiento físico para cuidarnos de este virus, pero eso no implica de ninguna manera que tangamos que tener algún tipo de distanciamiento social. Al contrario, tenemos que estar más cerca que nunca.
Un gesto positivo de los efectos de la pandemia ha sido una fuerte vinculación de las familias con la educación. Es importante entender que el problema de la educación no es un problema de las escuelas, es un problema de las sociedades.
Escuchá el fragmento del programa: